Por Johnny Santos No sé si sólo en nuestro medio, pero el ejercicio de criticar es uno de los pasatiempos más comunes entre nuestra gente. La critica mordaz, la chismosa, la asesina, la irónica y en mucho menos cantidad la critica constructiva hecha para que podamos mejorar nuestros humanos errores. Entendemos como crítica una opinión positiva o negativa basada en la argumentación o el análisis, esto implica valorar, juzgar, censurar, etc...
La crítica puede hacerse con fines bondadosos (crítica positiva), pero la más común utilización es con el fin de denostar, agredir, humillar o provocar subestimación en el objeto de la crítica (crítica negativa). La crítica negativa se centra en el pasado mientras que la positiva se enfoca en el futuro. La parte constructiva la ponemos nosotros al aceptarla como tal y no darle una connotación negativa aun fuera hecha con tal despropósito. Lo constructivo supone una proposición de nuevas soluciones a los problemas o defectos que se expongan en la crítica.
La crítica es como un dardo que se lanza a un objetivo fuera de nosotros; la autocrítica es un dardo que nos lanzamos nosotros mismos moviendo los resortes de la introspección y del autoanálisis, es una de las acciones más difíciles para el ser humano, pues necesita de una gran dosis de humildad, cualidad poco abundante en el género humano. Es el reconocimiento público de los propios errores, debiera ser un ejercicio diario para la autosuperación y la corrección de nuestros errores; en política es un eje fundamental para avanzar y mejorar las destrezas del accionar revolucionario.
Los grandes líderes tienen en la autocrítica uno de sus aliados más incondicionales, en contraposición a los líderes de pacotilla que basan su estrategia sólo en la crítica negativa, la autoadulación y el yoísmo.
Si en su accionar político usted ha sido un perdedor consuetudinario es un candidato ejemplar para aplicarse una dosis de autocrítica, aunque lo más fácil es achacar a los otros los fallos propios.
Magnífica reflexión señor Santos,en efecto en nuestra sociedad no abundan ejemplos de autocrítica por parte de quienes nos gobiernan,por desgracia tampoco la crítica constructiva ni por parte de quienes gobiernan ni por parte de quienes hacen oposicion al gobierno existente,se utilizan los datos como armas arrojadizas sin el mas mínimo analisis,solo para dañar al otro partido,como una pelea de gallos,picar,mutilar,vencer y 1-0,da igual como se consiga,a que precio.Pero es un virus muy extendido desgraciadamente,el chismorreo interesado y vil llega a todas partes del mundo !! Un saludo desde España,aqui la envidia y la crítica es el deporte nacional por desgracia
ResponderEliminar