lunes, 14 de junio de 2010

El Monseñor Tiene Muchisima Razon.


Desde algunos medios de comunicación y ciertos sectores de la sociedad no valoran en su justa dimensión, el papel o trabajo del sacerdote donde muchas veces se magnifican otros problemas y se deja de lado aquel hermoso trabajo en la siembra de valores.

Tiene razón Monseñor. Sobrada razón sin lugar a dudas. Dicen -juzgue usted – que el ejercicio del periodismo es semejante al ministerio del sacerdote debido a que debe realizarse por vocación, pensando en el bien común. Es entrega, es dar de sí.

¡Cuánta razón tiene el Obispo! Es en la misma sociedad donde están los bombarderos de desesperanzas, de infravalores, desde donde se aplaude lo mal hecho y se le llama don al ladrón y al delincuente no solo de cuello blanco sino, de todos los colores.

Tiene razón Monseñor, porque muchos de nosotros descuidamos valorar de manera positiva la labor del sacerdote humilde, honesto, consagrado, y valiente que no teme alzar su voz sin ser necesariamente desde el púlpito, para denunciar males y llamar la atención del gobierno y sus autoridades.

¡Cuánta razón tiene el dignatario católico! ¡Qué olvidadizo somos! ¿Cómo podemos tener tan mala memoria y no tener presente que son esos sacerdotes, los pequeños sacerdotes, los que suben a lomo de mula las cuestas empinadas de nuestros campos para rezar el rosario con familias humildes u ofrecer la extremaunción al labriego moribundo?

Por más vueltas que le doy…sigue teniendo razón el Obispo. Son los sacerdotes quienes conocen de la extrema pobreza con que malviven muchas familias que asisten a sus capillas y parroquias. Los que lloran con ellos, los que conocen lo que es comer arroz blanco con huevo…

¿Cómo podemos ser tan injustos? Por lo tanto, tiene razón la más alta autoridad católica de esta diócesis. Son pocos los sacerdotes – por no exagerar y decir ningunos – que han sido galardonados, premiados por institución alguna…son muchos las áreas donde estos trabajan…! Fíjense que hay muchos premios, pergaminos y placas para sobresalientes y no sobresalientes!

A veces creemos que se ara en el mar, como amargamente confesara Bolívar o que se predica en el desierto…o que la semilla es sembrada en pedregales.

Ya despertaremos como seres humanos, como sociedad y como pueblo. Y entonces, solo entonces, alcanzaremos a ver más allá de la punta de nuestras narices y al tener una visión crítica podremos emitir juicios justos y certeros, empezaremos a resaltar los valores olvidados, tendremos referentes creíbles, se llamará bueno a lo bueno, y el viejo tango Cambalache servirá como lo que el tiempo se llevó. Sí Monseñor, usted tiene razón.

de: Ramiro Francisco/puertoplatadigital.com

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