lunes, 24 de mayo de 2010

5to. Aniversario Asesinato de MARIANITO.



La Muerte o partida de Mariano Alonso dejo en todos los que le conocimos sentimientos muy tristes. Y cientos de sus amigos y familiares lloramos su perdida.

En el transcurso de nuestras vidas todos pasamos por el momento de perder un familiar. Siendo más fácil de comprender cuando sucede de manera natural, pero perder a un ser querido de manera inesperada y provocada causa conmoción en la familia, amigos, relacionados y a veces en nuestra comunidad.

Regularmente, cuando nos toca de cerca la ida de alguien a quien queremos mucho, nos llenamos de preguntas en torno al por qué de lo sucedido, y el por qué a nosotros, y aunque podamos entender como ley o ciclo de la vida el nacer y morir; da la sensación de que en verdad no hemos estado preparados para aceptar ese acontecimiento.

La muerte de un ser querido (en este caso mi hermano) puede ser una de las cosas que más nos marque en la vida, ya que es difícil olvidar a alguien a quien hemos querido tanto.

Procesar su ausencia ha sido sumamente dolorosa, ya que implica el tener que aceptar que Marianito ya no va a estar en medio de nosotros, de nuestro entorno y eso es lo que más duele. Incluso se nos hace difícil aceptar esta cruda y triste realidad que a veces me lleva a renegar como si fuera algo ajeno a nuestra condición humana.

La muerte de Mariano Alonso provoco en quienes lo conocimos todo tipo de estado anímico desde: triste, preocupado, culpable, impresionado, confundido, hasta sentirnos vacíos. Su muerte dejo una gran herida en nosotros, y a cinco años de su inesperada partida, muchos tenemos aun una gran cicatriz.

La mejor manera de honrar la ida de Marianito, es guardando en nuestra memoria sus mejores momentos y recuerdos alegres y humanitarios que nos brindo en vida.
Tal y como reza la frase de Marcos Tulio Cicerón, político y escritor Romano: "La vida de los muertos perdura en la memoria de los vivos".

A todos nos preocupa la muerte. Sin embargo, para nosotros los cristianos no debe ser motivo de desesperación, ya que nuestro Padre Celestial nos da la fuerza para entender que todo lo que nace muere, y que somos del polvo y al mismo volveremos el día en que nos toque.

Tal y como nos dice en su palabra, en Juan 11, capitulo 25/27. "Yo soy la resurrección y la vida, el que cree en mí aunque esté muerto, vivirá y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente".

Gracias a todos los que aun recuerdan su sonrisa, sus chistes, sus bromas y todas las cosas buenas que hizo y que nos dejo como ejemplo.

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